miércoles, 4 de septiembre de 2013

CARTA DE UN ADOLESCENTE A SUS PADRES

Queridos papá y mamá:

A partir de los 11-12 años comienza la preadolescencia y sobre los 13 años comienza la pubertad y con ella la adolescencia. Una serie de cambios físicos, psicológicos y conductuales que provocan cambios importantes en mi forma de ser. Dicen que puedo volverme muy "inestable". Esta nueva etapa me da miedo. Necesito que me acompañéis pero sin agobiarme demasiado.

Mis amigos son muy importantes para mí, nuestras relaciones se vuelven más complejas y si tengo problemas con ellos, me afecta mucho. A mi alrededor todo el mundo necesita sentirse aceptado y encajar en el grupo; yo también. Algunas veces tendemos a rebelarnos si no estamos de acuerdo con lo que "impone" el líder o la líder y surgen problemas, y otras lo aceptamos para no ser rechazados. Aunque necesite ayuda, me cuesta expresar mis miedos por lo que tiendo a manejar los problemas por mi cuenta.

A veces tengo una confianza exagerada en mí mismo y en cambio otras, muestro una vergüenza excesiva. Mis gustos e intereses han cambiado. Forma parte de mi desarrollo mostrarme cabezota y defender mis puntos de vista ante los adultos, pero necesito su apoyo, afecto y comprensión, sobre todo ante situaciones que se puedan complicar.

Tengo la sensación de que no me puede pasar nada malo y no entiendo la insistencia que tienen mis padres en protegerme. Se empeñan en tratarme como a un niño y no me gusta; además, a veces me cuesta entender sus puntos de vista, por eso tenemos discusiones.
Empiezo a fantasear con mi vida de adulto, a sentirme identificado con otras personas y tiendo a cambiar de aspecto, gustos y aficiones para tratar de encontrar mi lugar o saber quién soy.

De todos modos, por mucho que cambie, os sigo necesitando y queriendo muchísimo. Gracias por comprenderme y estar siempre a mi lado.

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